Gastronomia y literatura

Si no te gusta el color de tu cara en la mañana, no te quedes quieta, haz algo, actúa. Si demasiado rubicundo, hazte una sangría larga. Si palido, come alimentos verdes. Si amarillo, toma comida blanca. Sólo si tu color es normal tomarás comida roja. Nadie como tú conoce su propia tez: no consultes quirurgos, ni barberos ,ni doctores al respecto. Te dejarán morir antes de tiempo.

 

Si estás nerviosa, aún sirve la vieja manzanilla, mas no debes cortarla con limón ni con dulce. No funciona si lo que te preocupa es más fuerte que tú. Y si es asi’. conviene estar nerviosa.

 

Sana costumbre es hacerlo a diario y a la misma hora. Estés donde estés, al menos sies minutos (y no más de cuarenta, que el exceso lleva a las almorranas), sentado o acurrucada, pero en paz. Con un buen libro o un buen pensamiento. No hay fórmula más sabia para que seas visitada por el buen humor que los antiguos hubicaban, con razon entre el estómago y los intestinos. Si algo sale mal, ten en cuenta lo que comiste dieciséis hora antes, y suprimelo. Si en cambio no padeces, ten en cuenta lo mismo, y coge ese alimento por costumbre.

https://youtu.be/X30ELN8BUA0